lunes, 17 de noviembre de 2014

Las sorpresas de la etapa dos: 6125 millas de Ciudad del Cabo a Abu Dhabi

Recorrido de salida de la etapa 2 © Volvo Ocean Race


Las sorpresas del recorrido...

Después de 25 días en el mar en la etapa uno, las tripulaciones se preparan para el desafío de la segunda etapa de Ciudad del Cabo a Abu Dhabi. Una nueva etapa maratoniana, y aunque es un poco más corta que la primera, es la tercera etapa más larga de esta regata. La flota, para completar el recorrido entre Sudáfrica y los Emiratos Árabes, tendrá que cruzar de nuevo el Ecuador para pasar del hemisferio sur a la norte, navegando desde el océano Atlántico hasta el Índico.


En el mes de diciembre, los fuertes vientos del sureste soplan por lo general entre el anticiclón de Santa Helena y la baja presión de Sudáfrica. Esto quiere decir que probablemente la flota se encuentre con fuertes vientos en las primeras 24 horas. Los navegantes tendrán que tomar la primera decisión táctica muy pronto: ir hacia el sur en los vientos del oeste o quedarse cerca de la costa africana. No será una decisión fácil ya que el clima en esta zona es muy cambiante y una opción aparentemente válida puede cambiar muy rápidamente en unas pocas horas.

La opción más probable que tome la flota será inicialmente poner rumbo sur para tratar de encontrar una buena oportunidad de dirigirse rápidamente al este. Normalmente esta oportunidad aparece en forma de un frente de bajas presiones al sur de Sudáfrica. Lo malo de esta opción es la terrible Corriente de Agulhas, un sistema de circulación oceánico a gran escala como agua en movimiento a velocidades de hasta cinco nudos. Si a esta corriente le ponemos enfrente fuertes vientos del oeste, tenemos la combinación perfecta para que los barcos se encuentren con enormes y potencialmente peligrosas olas rompiendo en los barcos.

El escenario alternativo es que las células de altas presiones de los océanos Índico y Atlántico se unan para crear unas condiciones de viento ligero al sur del Cabo de Buena Esperanza. En esta situación, el viento soplará cerca de la costa africana. Sin embargo la elección de esta opción significa navegar más en ceñida.

El primer gran obstáculo de la flota en su camino hacia el norte es el enorme sistema meteorológico de altas presiones y casi sin viento del Océano Índico. La ruta más común es cruzar la alta presión por su lado occidental y coger los alisios del noreste justo al sur de Madagascar. Una vez pasado este sistema, la flota debe encontrar los alisios del sureste, teniendo mejor ángulo con respecto al viento los barcos de la flota que se aproximen por el este.

© Amory Ross/TEAM ALVIMEDICA
El factor de riesgo en esta zona son los ciclones tropicales. Estos grandes sistemas de tormentas se forman en los Doldrums y giran cada vez más brutalmente mientras se dirigen al sur causando el caos a su paso. Un golpe de efecto es que cuando uno de estos sistemas se cruza con la circulación de los alisios, se deshace, por eso es difícil encontrar los alisios son correr el riesgo de sufrir daños por las tormentas tropicales.

Llegados a este punto, el obstáculo final con el que se va a encontrar la flota son los Doldrums del Océano Índico. Son diferentes a los del Atlántico.  En el Índico, la zona de convergencia -los Doldrums- están creados por la convergencia entre los vientos alisios del sureste y los monzones del noroeste, que al circular en direcciones opuestas, forman una banda muy amplia de grandes cúmulos con lluvia y viento inconstantes, siempre al sur del Ecuador. Esta franja tiende a ser más estrecha cuanto más al oeste, aunque no es tan evidente como en la Etapa 1.

Después de los Doldrums, hay un largo recorrido ascendente hacia el Golfo con el monzón del noreste como viento dominante. A continuación, el monzón comienza a perder fuerza y se forma una zona de transición con vientos suaves y muy variables. El viento local predominante sopla del noroeste y se llama Shamal. Después de Ormuz, por lo general es una navegación con ritmo constante hasta llegar a Abu Dhabi.


Vestidos para el frío y el calor de una misma etapa.

Hasta 20 minutos puede tardar un tripulante en vestirse si hace frío. Si hace calor, la cosa se pone más fácil ¿Qué meter en el macuto cuando sólo puedes llevar un máximo 12 kg de peso –botas incluidas- y la diferencia de temperatura en una misma etapa puede ser de más de 20 grados?

Ciudad del Cabo, con su impredecible clima primaveral, despedirá el miércoles a la flota de la Volvo Ocean Race. Unas horas después, los tripulantes estarán en pleno frío Océano Sur, con unos cuantos kilos extra de vestuario. El emirato de Abu Dabi, recibirá al “MAPFRE” con unos 30 grados de temperatura, posiblemente sin mucho viento con camiseta y pantalón corto de navegar.

Uno de los aspectos fundamentales de la vida a bordo, tan importante como la comida y que puede condicionar considerablemente el humor de un navegante, es la ropa. El ritual de vestirse y desvestirse es parte de la rutina diaria de una guardia pero puede ser muy diferente en una misma etapa. Mantenerse seco (¿es realmente posible?) y no pasar frío facilita el estar totalmente concentrado en navegar el barco rápido para llegar a Abu Dabi lo antes posible.

Casco, gorro de lana, pasamontañas de neopreno -porque si es de otro material y se moja, no se seca nunca-, guantes de neopreno, cazadora técnica offshore -“la cucaracha”, como le llama el canario Carlos Hernández-, pantalón de aguas técnico, forro polar gordo, peto térmico interior, licra de navegar, camiseta térmica interior, pantalón térmico interior, calcetines -de lana, Gore-Tex y/o impermeables, que transpiren- y ropa interior. Preparados para el Océano Sur. La primera capa térmica está destinada principalmente a aislar y “normalmente nunca te la quitas”, dice Xabi.

“También tenemos la ‘chaquetilla’, como yo la llamo, o cuello de tortuga”, explica Carlos Hernández, que se caracteriza por tener en unos puños y cuello de goma que se ajusta al milímetro a la piel. Los tripulantes pueden ponerla por debajo de la chaqueta offshore o, cuando hace menos frío, simplemente por encima de la licra, como continúa diciendo el proa canario. “Cuando hace mucho calor, nos quedamos con la licra de navegar y la chaquetilla. La licra, evita que la humedad y la salitre nos produzcan rozaduras o granitos”.

En la parte inferior, igual. “Cuando hace calor sólo llevas el pantalón largo térmico fino para que no te roce el pantalón mojado. Al tenerlo pegado también sudas menos. Y si llevas un pantalón corto y no pones nada debajo es cuando empiezan las rozaduras”.

Está claro que encontrar el balance entre qué llevar y qué no llevar, es difícil. “Haces una maniobra y ya estás bañado por dentro de sudor. Pero si sales con poca ropa y no haces maniobra, tienes frío”, señala Carlos.

¿Y en los pies? Ahí es donde no hay término medio. “Si hace frío, botas siempre. Si hace calor, da igual que te mojes los pies así que llevamos unas chanclas tipo crocs”. ¿Y zapato cerrado de navegar? “No, porque los llevarías mojados todo el tiempo y sería un olor increíble…”.

Saludos y buenos vientos.

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