domingo, 5 de octubre de 2014

Chuny Bermúdez, el gallego con más vueltas al mundo a sus espaldas.

Roberto 'Chuny' Bermúdez © Ian Roman

“Si no tienes ilusión mejor no venir. Hay que tener ganas y prepararse lo mejor posible para hacerla, tanto física como psicológicamente".

Con ésta su sexta participación, Roberto 'Chuny' Bermúdez se convierte en el español con más Volvo Ocean Race en su palmarés. Afirma que la regata ha cambiado mucho, pero que sigue teniendo los ingredientes que la hacen única: competición entre los mejores regatistas, aventura y tecnología punta.


Cuando hablas con Chuny todo lo hace sencillo, a todo le quita importancia, quizás debido a su carácter gallego, por eso, cuando le recuerdas que esta va a ser su sexta vuelta al mundo, con su actitud tranquila te contesta: “No es un dato fiable. Hay mucha gente que ha navegado muchísimo, igual no tiene Volvos pero hay hecho muchas otras vueltas. Para mí no tiene ninguna importancia. Al revés, parece que soy viejo”.

Ya son 19 años desde su primera regata de vuelta al mundo con el Galicia Pescanova en la que todos eran españoles. Y todo cambia, aunque lo que más destaca de esta regata extrema es el contraste que siempre se da: "...pasas de estar parado con cero nudos, 45 grados de temperatura y humedad del 90%, a estar al Sur con una temperatura dentro del barco equivalente a la nevera de tu casa, y vientos de 40 nudos. Tienes que estar preparado. Y cada día te mides contra los mejores equipos y tripulantes de offshore del mundo. Antes aprendías a perfeccionar el barco, trabajabas mucho con los diseñadores, y eso te da más puertas a aprender. Además, disponer de la tecnología punta y poder aplicarla está muy bien. Yo soy ingeniero industrial, y organizar un equipo, no sólo tecnológicamente sino también humanamente, me gusta. A eso se unen los sitios por los que pasas, que mi familia la sigue... Éste un factor clave, mis hijos son aún pequeños y pueden venir a las paradas, pueden conocer mundo, es otra cosa muy bonita de la Volvo Ocean Race”.

Sin embargo, gracias a los grandes adelantos tecnológicos, la regata va cambiando a lo largo de los años, en cada edición siempre surge algo nuevo que te ayuda a sobrellevar los nueve meses de regata, como sucede, por ejemplo, con la alimentación tal y como nos cuenta Chuny: "La alimentación ahora es mucho mejor que antes, por ejemplo. Hace unos años la comida liofilizada no se hidrataba bien con el agua, había que esperar mucho, te podía dar problemas en el estómago, y ahora está superado. Hombre, tras nueve meses alimentándote así te afecta, claro, pero no tanto. Antes la desalinizadora tampoco funcionaba bien, y al principio el agua era muy mala. Se llevaba fruta, hasta diez días, no teníamos la comida especial que hay ahora, las vitaminas, todos esos suplementos que te ayudan mucho”.

Chuny comenta también que estos adelantos también afectan al conocimiento instantáneo de la climatología. En cada minuto de la regata sabes lo que te viene o no te viene encima, por lo que la navegación no es tan peligrosa como lo era antes: “Los datos meteorológicos que recibimos son muy buenos, así que en ese sentido es menos peligroso, porque te avisan de algo que puede venir que es demasiado fuerte. Es raro no tener tiempo de reacción. El problema es que tú vas buscando eso precisamente, y te puedes llegar a pasar... vas buscando mucho viento, el mayor viento posible en la mejor dirección posible, y a veces te pasas, como un F1 que se sale en una curva. Te puedes meter demasiado en la baja (presión), o te quedas sin viento, o te has metido en un lío porque te has ido al frente con más viento y más ola…Pero la información es mucho mejor, que es lo importante”.

Una de las situaciones nuevas que se van a dar en esta edición es que los siete equipos van a navegar en barcos one-design, barcos exactamente iguales y en los que un pequeño error se puede pagar muy caro. Como comenta Chuny, al navegar todos con el mismo tipo de barco, va a estar todo mucho más igualado siendo el factor diferenciador el entrenamiento previo y el trabajo de equipo: "La sensación es que en esta edición de la Volvo Ocean Race va a ser todo más apretado, todos tenemos el mismo barco y va a estar más igualado. La diferencia va a ser el trabajo del equipo, así como el entrenamiento previo. Sin monotipos un porcentaje muy grande se ganaba antes de salir: todo empezaba eligiendo quién iba a ser el diseñador de tu barco, dónde lo ibas a construir, también la gente con la que ibas a contar. Diseñadores y regatistas teníamos que trabajar juntos para, partiendo de un diseño inicial, mejorarlo y a la vez aprender a navegarlo. Ahora ese área tan grande de variables, diseño, diseñador, astillero etc., ya no existe. Antes ya de partida podías tener un hándicap grande si te equivocabas, o si acertabas salías con una ventaja muy grande”.

Chuny Bermúdez © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing
Antártida, Ecuador, Doldrums, Point Nemo, son puntos de sobra conocidos por todos los navegantes de la Volvo. Unos llevan bien el calor y otros llevan mejor el frío... navegar a la vista de la costa o navegar en mar abierto, a mil millas de ninguna parte, son situaciones que van a vivir los regatistas de la Volvo, y son situaciones ya viviendas por Chuny, este devorador de vueltas al mundo, pero, como todos, tiene sus preferencias, tal y como nos cuenta: “Lo más duro es el calor y las calmas. Yo lo paso fatal. Me hace gracia porque todo el mundo habla del viento, del frío, pero ahora hay puertas de hielo, mientras que antes se bajaba mucho más de latitud, igual estabas dos semanas con el agua a 3 grados. Uno de los lugares más complicados para mí es China, el Estrecho de Malaca. Hace dos ediciones, ciñendo entre Filipinas y Tailandia después de Malaca, nos tocó una ceñida muy difícil, con olas muy grandes. Navegar entre costas es complicado, tienes que estar gestionando la costa todo el rato, mientras que cuando estás mar adentro, o en el Pacífico Sur, tienes información meteorológica y puedes poner el barco más o menos donde crees que va a haber buenas condiciones, pero sin pasarte. En cambio, cuando estás rodeando esquinas es más complicado, son auténticas ratoneras, es un lío, pero es la única manera”.

Con respecto al Ecuador y los Doldrums, Chuny señala que: “Antes sólo cruzábamos los Doldrums dos veces, en el Atlántico, pero ahora, al subir a Abu Dhabi, volvemos a pasarlos otra vez. En el Ecuador te puedes encontrar chubascos de 30 o 40 nudos lloviendo, e incluso granizando, con mucho calor. Un cumulonimbo grande hace que baje la lluvia y el granizo de 30.000 pies. Te baja una columna de aire desde muy arriba y llega a granizar. Baja muy fría. Además estás sometido al sol, al agua salada, y no tienes ducha. Si tienes una piel delicada lo pasas muy mal. Los problemas dermatológicos puede ser de lo más duro”.

El Point Nemo supone un verdadero contraste. Está situado a 2500 millas (4630 km) de la tierra firme más cercana. Cualquier tipo de ayuda en esa zona proviene de los propios competidores. Si todo en el barco va bien, pasas el Point Nemo con toda la tranquilidad pero también es sabido que si hay algún problema, por pequeño que sea, puede ser muy grave, tal y como nos comenta Chuny: "En el Point Nemo no hay nada, no hay ni una isla, ni nada. Pasamos siempre muy cerquita, a 100 o 200 millas. Y no hay nadie, sólo animales. Así que, por definición, porque no hay nadie, si todo va bien puedes estar lo más tranquilo del mundo. Pero por esa misma razón también puedes tener el mayor problema del mundo, porque si estás en un apuro nadie te puede ayudar, sólo otro competidor si está cerca. Es un contraste muy grande. Así que es una mezcla de tranquilidad, pero también deseando que todo vaya bien. En realidad, hay muchos puntos en los que estamos fuera del alcance de un helicóptero, que son 300, 400 millas, 500 como mucho de tierra, y donde cualquier tontería que te pase se complica. En tierra cualquier lesión tonta te la curan en el hospital a 20 minutos, pero en medio del mar, igual tardas una semana”.

El principal problema con el que se enfrenta un regatista de vuelta al mundo es cómo se afronta una regata de este tipo... nueve meses fuera de casa, sin casi ver a la familia, amigos.... sin probar una buena cama o una buena comida.... quizás la palabra y pregunta clave sea ¿Ilusión? Chuny lo tiene muy claro al respecto: “Si no tienes ilusión mejor no venir. Hay que tener ganas y prepararse lo mejor posible para hacerla, tanto física como psicológicamente. Como es una regata extrema, te puedes encontrar de todo, tienes que estar preparado para intentar salir lo mejor posible de la peor situación. Si no tienes ilusión, ganas, mejor quédate en casa. En cuanto a las situaciones difíciles…Mejor aprender de ellas y no recordarlas mucho más, si no acabas por dejar de navegar en esta regata. Hay que recordar los buenos momentos. Conseguir ser segundo en la edición anterior, los pódiums con el delta Lloyd, y sobre todo la primera con el Galicia Pescanova, todos españoles, es el mejor recuerdo que tengo”.

Chuny se despide de los medios de comunicación con un tímido gesto con la mano.... En el aire quedan flotando sus palabras, sus sensaciones, su ilusión por la sexta vuelta al mundo y por el buen trabajo en equipo realizado. En la mente de todos los presentes queda el agradecimiento por sus palabras y por poder conocer un poco más en detalle a Chuny, el 'coruñés tranquilo' caña y trimmer del Azzam, el VO65 del Abu Dhabi Ocean Racing para esta Vuelta al Mundo que en seis días se despedirá de Alicante y pondrá rumbo a los mares y océanos del mundo.

Suerte "Chuny", saludos y buenos vientos

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